lunes, 1 de agosto de 2011

Por qué se teme tanto al rechazo? Es una experiencia desagradable, que nos conecta con la sensación de ser excluidos o juzgados. Podemos, por ejemplo, evocar el efecto que nos produce que alguien nos dé la espalda, recibir una mirada despectiva, estar en medio de un grupo y sentirnos apartados…
El rechazo puede presentarse bajo diversas formas, pero siempre produce una sensación incómoda. Hay rechazos evidentes, claramente expresados, mientras que otros se manifiestan en la sutileza de una mirada, un gesto… sin que por ello resulten menos dañinos o violentos. Aunque a menudo lo neguemos, el rechazo nos afecta. Nos provoca una herida emocional que hace saltar como un resorte nuestro orgullo y nuestra ira, pero también despierta dolor e inseguridad.
En el fondo el miedo al rechazo es el miedo a ser, a mostrarse a los demás tal y como uno es. Quizá sea uno de nuestros temores más profundos, pues nos conecta con la necesidad de sentirnos apreciados en nuestras relaciones. Por eso el rechazo condensa tanto poder.

Tenemos miedo, lo sentimos todo el tiempo, nos quedamos con lo primero que nos dicen. Preferimos un ''no'' antes que arriesgarnos por un ''quizás''. Elegimos ser lo que somos y creemos que eso es lo mejor para nosotros.Nos falta jugárnosla por esa persona, por ese sueño. Arriesgar o acertar,es parte de la vida.Pierde el que no lo intenta, el que se estanca en sus pensamientos.Errar no es fallar,sino aprender a ganar. Quizás hoy sea un no pero nadie te quita la posibilidad de que mañana sea un si.

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